Estoy recien llegado del Festival de Narración Oral de Altea, Encontes, y pienso en las personas que allí hemos coincidido, los conocidos y los reconocidos. Y me da por pensar en que tipo tan extraño de gente somos los narradores, en esa especie de química que se crea entre personas que se acaban de conocer pero que tienen en común el vicio de contar historias, que tienen en común el oficio más antiguo del mundo (en detrimento de otros oficios supuestamente tan antiguos).
Es una especie de pacto secreto, de plan universal en el que, aún sin ponerse de acuerdo, son capaces de pelear por lo mismo, de estar cercanos y apoyar al colega de al lado. Son capces de una generosidad sin límite y sin máscara.
Así pues, solo me queda dar las gracias a cada uno de ellos y ellas, sin excepción, desde la cabeza visible, hasta el más humilde de los colaboradores o acompañantes., ya que todos han creado la Mágia en mayusculas, la MAGIA DE LA NARRACIÓN.
Pd.- escribo en castellano para que llegue a todos y cada uno de ellos y ellas.